Espero en la noche de calle callada a mi madre y su coche. Pasan coches muy cerca. No son mi coche. Mi gato maúlla muy cerca de mi, quizás se pregunta, como lo haría cualquiera, el porqué de mi espera a la intemperie. Quizás por aprovechar la cálida y nocturna situación de espera para describir y escribir. Siempre se sitúa a una distancia extraña de mi mi gato, en la calle, prudencial, en casa es muy mimoso,
mantiene su distancia, aún sabiendo de sobras quién soy (ha ido a buscar personas a la salida del metro).
Despierto y noto su presencia por las sutiles caricias de su pelo en mi piel, creo a ciencia cierta que si pudiera me traería el desayuno a la cama. Qué simple detalle que nunca nadie ha vuelto a darme nunca más; simple emoción soñada, y/o quizás sólo recordada. Dónde estés, en los sueños que dances, ahora ya sin mi, espero que tus deseos se cumplan, a pesar de las serpientes que te atan, y no te dejan ni respirar. Quizás yo también me haya convertido de repente en serpiente, por supuesto, de cascabel. Siente y respira, es lo único que nos queda. Aunque a mi aún me queda menos. Menos que nada después de todas las batallas, me ahogo, y desaparezco de la vida. Una vida que no merece a penas la pena, si no se siente segura ni valorada, apreciada, en su medida..justa, claro..o porqué no podría ser un poco de más. Se cansa sin estar. No siente no escucha, ni lo intentas. Pero es un caballo ya, dormido, quizás, que ha zarpado rumbo al olvido...
Tengo ganas de escribir todo lo que siento, pero no puedo.
No me sale.
Me tengo que forzar a escribir...
y eso me da miedo...
todo me da miedo...
incluso apreciar y disfrutar lo que tienes por el siempre aberrante miedo a perderlo todo....
lo he perdido todo...
muchas veces...
y parece que la profecía se volverá a cumplir...
tras la horchata, las bravas y la fuente seca...
tras la horchata, las bravas y la fuente seca...
He aprendido a levantarme desde el nauseabundo suelo, miles de veces... puede que no pretenda esa prestigiosa medalla de oro de nuevo...
Ahora recuerdo todos los momentos y parecen más maravillosos...
La memória engaña, el tiempo engaña, el frío engaña, la gente engaña. la vista emgaña, la consciencia engaña, y yo me autoengaño....
No quiero volver a sentirme engañada...
No quiero volver a sentirme engañada...
De hecho puede que nunca haya tenido nada...
sólo son migajas de entre sueños...
de deseos que quieres ver cumplidos...
y que devienen en tu vida...
a plumazos...
derivando en momentos que parecen lo que no es...
eso si, no quiero volver a sentirme engañada...
quiero ver la realidad...
no quiero manipulaciones ni nada....
tengo tu llamada en mi bolsillo...
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